"Vamos a salir a pasear", una frase que aparentemente vaticina un momento tranquilo al aire libre, relax... que implica salir a la calle y por tanto vestirse. Pero, ¿Qué pasa si no se quieren poner la ropa? En mi caso el detonante fueron los pantalones. Lo que se esperaba fuese una tarde con un agradable paseo se convirtió en una persecución en toda regla y en intentos frustrados de: -"Ponte los pantalones, por favor"..."-no"... hasta que me di cuenta que se había convertido en un juego para él. Entonces, traté de tomar las riendas de la situación intentando ganarme al adversario, y funcionó.
¿Quieres que vayamos a ver caracoles? Los nenes que llevan pantalones salen a la calle y buscan caracoles, ¿te pongo los tuyos y salimos? -"Sí mami". Pura magia.
