Con la llegada del otoño dejamos atrás las largas tardes de sol y nos vamos sumiendo, casi sin darnos cuenta, en una rutina que automatiza nuestro día a día.
Nos levantamos, al cole, comer, actividades, ducha, cena y a dormir...un día más. Deberíamos intentar quitarnos el automático y realizar al menos un par de actividades diferentes, o cosas que nos gusten, cada día. Pasar tiempo en familia también es importante, compartir nuestras vivencias diarias, cualquier detalle o cosa que nos haya llamado la atención, y ellos lo mismo. Hay veces que al estar hablando con ellos empiezan a relatar, a cantar o a decir cosas que evidentemente han hecho en el cole; por otro lado las apps de los colegios nos pueden ayudar con esto, sobre todo cuando son pequeños, para arrancar la conversación, "he visto que habéis estado pintando en el cole...".
No obstante, el trajín diario de la logística familiar (preparar comidas, aseo de la casa, lavadoras...y algún imprevisto) nos dejan muy poco tiempo para disfrutar.
No olvidéis robar también algún minuto para vosotros. A esperar el fugaz fin de semana.
Priorizar, vivir y disfrutar dentro de este bucle temporal.